El Jardín en Chelsea
Joaquín Botero
317 pp, Aguilar
Nueva York es una ciudad llena de personajes, cada uno con su historia en particular. Una ciudad llena de olores, colores y sabores en cada uno de sus barrios y Chelsea, la zona de las galerías de arte y también la zona gay, es uno de esos sitios donde esas características saltan a la vista.
El escritor y periodista colombiano Joaquín Botero reside hace siete años en la Gran Manzana y ha desempeñado diferentes oficios, desde su profesión hasta ayudante de panadería en el delikatessen Garden of Eden en Chelsea, lugar que brinda el nombre al libro.
Desde la barrera, en este caso el mostrador de la sección de panadería, Botero se encarga de mirar los toros-clientes que llegan a su lugar de trabajo. No hace una elaboración profunda de cada uno de estos personajes, por el contrario, se limita sencilla y llanamente a describir y describir los hechos, como hacen los cronistas. Hay poco contacto con los protagonistas por la condición de inmigrante de su autor, en ocasiones repelido por sus clientes. Esa es la esencia de El jardín en Chelsea, una persona de equis país que decide ir en busca de otra vida a la capital del mundo. Lo que vive, lo que piensa, lo que reflexiona en torno a su trabajo y a sus amistades también lo encontramos aquí. Sin embargo, algo le hace falta a esta publicación para que sea contundente,. Hay relatos que vuelan, que amarran pero hay otros que luego de un par de párrafos ya cansan, el tedio invade y el deseo es saltárselos o terminar de leerlos lo más rápido posible (como en mi caso).
Vale la pena resaltar que Botero siempre ha tratado de mostrar las caras desconocidas de Nueva York, por lo menos lo he notado en sus artículos publicados por la revista Avianca, y aunque El jardín en Chelsea no logra por completo agradar al paladar, es un abrebocas para quien se quiera comer la Gran Manzana.