
¿Cómo comienza su carrera en el blues?
En mi oficio como guitarrista, dirigido hacia el blues, comienzo cuando tenía 11 ó 12 años. Básicamente cuando conozco a un guitarrista de Buenos Aires llamado “Pappo”, Norberto Aníbal Napolitano, que recientemente falleció. Yo escuchaba sus discos y veía sus actuaciones en vivo, siendo un niño, y bueno, era una figura un ídolo absoluto, un ídolo como niño, como adolescente. Como figura masculina, como músico, el mensaje que te tiraba, no eran las canciones que cuando niño te hacen escuchar la familia, los medios.
Descubro a través de “Pappo” todo un mundo musical muy profundo, además después tuve la enorme bendición, poco tiempo después de que lo conocí, a los 17 años, de tocar con él el bajo, junto con otro amigo, que tocaba la batería, ese fue el nexo. Empecé a tocar con él a esa edad y a veces me llamaba para tocar, para una gira, para un show, yo tenía una banda y él tocaba. Tuve esa enorme bendición de tocar con mi ídolo, de aprender con él, de que me dijera “esto no se toca así, tocalo de esta manera”. Haber tocado con él en Europa, en España hicimos una gira en 1979. Ese fue el disparador. A través de Pappo conocí los nombres de Eric Clapton, John Mayall, Rolling Stones, Jeff Beck. En Argentina en los años 60 lo que llega como información de blues y rock llega desde Londres, porque lo último que llegaba de América era Elvis Presley. No escuchábamos nada de los negros. Así conocí esos nombres y después, a través de los ingleses conocí nombres como Willie Dixon, Zeppelin tocaba canciones de Willie Dixon y yo decía «¿Quién es Willie Dixon?, no hay nadie que se llame así», entonces me decían “no, es un negro norteamericano”.
Muy joven me fui a vivir a España, en los años 70, en plena dictadura en Argentina, donde obviamente en la parte cultural no pasaba nada que no fuera manejado por ellos y teniendo en cuenta lo que culturalmente puede pensar un militar, pues era pobrísima la situación. Entonces me fui a España, Franco había muerto, había una liberación absoluta, había una explosión de arte y propuestas, una cosa maravillosa que yo también tuve la oportunidad de protagonizar, en Madrid, en los años 70, en la movida madrileña, toqué en uno de los grupos de esa movida que se llamaba Cucharada.
¿Siempre blues o también rock?
Blues y rock. La movida argentina que te conté tenía esa característica. Me acerco al blues y comienzo a investigar, en España en los años 80 vi a B.B. King y eso fue como un detonador, vi a Doctor Feelgood, una banda inglesa. Conocí en España un montón de artistas que no tenía idea, tuve compañeros guitarristas españoles que me decían que estudiara, me decían “no seas gilipollas”, “pero si B.B. King no estudió. ¿Quién estudió?” decía yo. Pero bueno, me dio por estudiar y me hice fanático del estudio. Así aprendí a leer las notas, yo no sabía nada, y eso fue una bendición porque el temor, el mito, era que el bluesero callejero si estudia pierde el feeling, y me pasó al revés. Cada vez apreciaba mas la simpleza del blues y cada vez iba mas atrás en la escucha, escuchaba a Mississippi John Hurt, Blind Willie McTell, Robert Johnson y desde ahí en adelante hasta Muddy Waters, cuando se cuelga la guitarra eléctrica, la telecaster y se amplifica. Toda esa zona de blues es extraordinaria, la riqueza instrumental y hasta poética, porque la poética bluesera esta un poco desprestigiada contra el tango que tiene una cosa poética increíble. Nombro el tango porque son contemporáneos, W.C. Handy compuso tangos y compuso “St. Louis blues”. En Argentina era muy típico que una orquesta típica de tango se cambiara de ropa y tocara jazz, entonces eran la jazz band y la típica, pero eran los mismos músicos. Aparte del origen: los burdeles, los honky tonk, los puertos que hermanan al tango y al blues, pero el tango siempre se lo comió poéticamente. Comencé con la investigación y me encontré a Son House con su virtuosismo en las falencias, ese estilo que tocó, a mi me pega muy fuerte, unos relatos interminables. Entonces dije, “bueno hay que seguir buscando”. El blues tiene esa cosa, hasta el último dia de tu vida puedes estar dedicado investigando artistas, grabaciones, temas, es un compañero de tu vida. No importa que seas viejo, al contrario, cada vez escuchas más blues.
Cuando usted regresa a Argentina, ¿cómo encuentra la movida blusera?
Yo vuelvo de Madrid en 1984 y la movida bluesera no era muy movida, era inmóvil. Había un grupo muy famoso que se llamaba Dulce 16 y su guitarrista me tutorea para que vuelva a entrar a Buenos Aires y reconocer, todo era distinto, no había nada de lo que yo conocí, ni mis padres ni mi casa, un país desvastado. Me muestra la movida blusera de Buenos Aires y me lleva a ver a un grupo que hoy es el número uno, un grupo que se llama Memphis La Blusera. Yo lo quería matar, era un desastre, todo desafinado, instrumentos rotos, sin embargo, los tipos se han convertido en la banda número uno de Suramérica junto con los Blues Etílicos de Brasil. La movida era pobrísima, hice un grupo que se llamó Durazno de Gala y traté de que no fuera un emulo de Chicago, quise hacer otra cosa. Además respetar mis raíces que son el rock y el blues argentino, a través de “Pappo” y Manal, que fue una marca indeleble para el blues en Argentina, blues porteño muy argentino, pero con sus influencias jazz y blues en inglés.
¿Qué siguió después de Durazno de Gala?
Se forma en 1985, se separa en 1995. Ahí empieza mi carrera solista, me dedico a todo, todo lo que he hecho, lo que voy a hacer, es mi búsqueda de un crecimiento creativo, una cuestión de viveza criolla: si trabajo, trabajo para mí, para mi nombre y para los míos. Hasta ahora va bien, me permitió hacer cosas que solamente estaban en mis intenciones, son cosas que dices “esto no va a pasar”. La primera, que tocara la guitarra como “Pappo”. Ahora veo que, bueno, uno madura y veo que ya se que el arte se expresa como las huellas digitales, nadie es como el otro, pero son hermosas las influencias y el recuerdo, más cuando son de amigos como “Pappo”. veo que me ha pasado una serie de cosas que parecen sincronizadas por una mente universal que vio mi intención y mi deseo de algo que se podía cumplir, me han pasado cosas como tocar en Estados Unidos, que me invite Carey Bell, el armoniquista de Muddy Waters, o con Bruce Ewan, el mejor armoniquista que hay actualmente, tocar con Blind Mississippi Norris, uno de los últimos bluseros que debe haber, tocar en el Beale Street en Memphis, donde crecieron Elvis Presley y B.B. King, ser el soporte de Eric Clapton, el soporte de Buddy Guy, de B.B. King, tocar con Hubert Sumlin que fue el guitarrista de Howlin’ Wolf, el mejor cantante de blues. Yo cuando era adolescente no podía salir a la calle sin escuchar un tema de Howlin’ Wolf, cualquier tema: “Gallo rojo”, “Built for Comfort”, sicológicamente y espiritualmente me sentía como si saliera con un escudo.
En su carrera como solista, el nuevo disco, “Don Vilanova”, ¿marca algún cambio?, lo digo por usar su apellido, la portada como cayéndose la piel. ¿Es como mostrar una madurez musical?
Todo tiene que ver porque es la madurez de un hombre, estoy en una edad donde se entra en un proceso distinto de todo lo anterior. Tiene mucho que ver. La tapa por ejemplo es un sueño, vi que salía de una jungla embarrado todo de pies a cabeza, entonces con mi hija Julia empezamos a jugar en el patio de mi casa, me embarré y ella me tomó fotos. Las características del disco te las estoy empezando a definir, yo vi el sueño de la tapa, mi hija sacó las fotos, mi hijo fue el baterista y el productor, siendo su debut, y eso le da una amplitud que en otro discos no pude lograr, además mi hijo me hizo hacer una preproducción que yo nunca hacia, el me enseñó eso, tocar muchas veces un tema, cambiar una palabra. La primera vez que hago esto y nos fue bien, estuvimos nominados al premio Carlos Gardel, fue una cosa muy linda y eso marca definitivamente.
¿Cómo ve el blues en Latinoamérica?
Puedo dar fe, no es ningún chisme, de que hay muchos jóvenes estudiantes. Tengo la faceta de docencia y tengo siete libros publicados, y sé que se venden muchos mis libros de blues, escalas, bajo, bueno, teoría, armonía, hice un libro de armonías para guitarristas porque todos los libros de armonías están hechos para pianistas, entonces hay que reinterpretar todo. Esas cosas van viajando por el mundo, son como botellas con un mensaje adentro. He recibido de Colombia emails de pibes que estudian con mis libros, que les sirvió mucho. Hay una movida que esta cocinándose, hay grandes representantes en todos los países. En Brasil hay bandas como Blues Etílicos, Fishbones, Danny Vincent, guitarristas extraordinarios, tocan muy bien pero siguen imitando a los grandes, cantando en inglés, con la tonada bien americana, es bueno pero no los veo jugarse por ellos mismos, con las letras en portugués, que pienso que es la manera más noble de defender el blues en cada país, con los modismos propios, hasta con la instrumentación de cada lugar. Si lo ultimo que esta grabando Putumayo, Music Maker, sellos chiquitos pero de vanguardia, están grabando indios con Taj Mahal, buscan las raíces, el blues vino más bien de la raíz de la humanidad.
Entonces lo que le falta al blues en Latinoamérica es identidad.
La identidad de cada pueblo, de cada lugar, de su lenguaje, hasta de los pueblos originarios, en quechua, yo que sé, así hay que cantar el blues, porque el blues no es africano ni americano, el blues es del universo. El blues es el nombre que se le dio a un conjunto de sonidos que se tocan en un orden, con ciertas claves, pero es solo un nombre, en su esqueleto es una escala que está en el universo. La escala del blues la usaron en China, en la India, el sitar indio es un instrumento que tiene ragas con escala pentatónica. La pentafonía fue trabajada por muchas personas, es una larga historia, pero el ser humano es una gran antena para captar eso y para emitir.
¿Cómo es la relación musical con su hijo?
Bueno, la relación musical empieza cuando era un bebé. lo llevé a un ensayo en Madrid y se enamoró de la batería, al otro día estaba con lápices golpeando todo, y después, a los 4 años, le compré una batería miniatura, empezaba a dar palos, le tocaba la guitarra y el se emocionaba. Cuando nos mudamos a Buenos Aires volvió a tocar la batería, yo le tocaba base AC/DC y se enloquecía, era una cosa de 4 años. Después se olvidó un tiempo, en la primaria y primeros años de secundaria, después lo volvió a retomar, le regalé una batería grande, empezó a tocar y a hacer su discoteca. Cada tanto teníamos contacto. En mi primer trabajo solista el tocó un tema, un blues, en vivo yo lo hacía tocar algo, y recuerdo que “Pappo” le hacía probar la batería. Después se puso muy serio en el estudio, se puso a mandar en su búsqueda y le pasó como a mí, jovencito debutó con sus ídolos máximos, con Animal, se ganó el puesto. Estaban buscando baterista y él se grabó tocando sus temas. ahí nuestra relación empezó a alejarse un poco porque empezó a tocar en un grupo que era más famoso que yo, un éxito, comenzó a grabar, fue a Estados Unidos, entonces en esa época él tenia su historia y yo tenia la mía. Pero en “Don Vilanova” nos volvimos a encontrar, en realidad mucho antes porque el disco tiene dos años y tuvo un año de preproducción, nos hemos asociado en que es mi productor y es mi baterista de vez en cuando, además es el novio de mi baterista y ella tiene un grupo, entonces él toca conmigo cuando los conciertos de ella se cruzan.
¿Cómo marcó al blues argentino la muerte de “Pappo”?
Si vale la comparación blusera, fue como cuando murió Muddy Waters. Él fue el gestor, el mentor, el creador de la movida del rock argentino en un gran porcentaje, aunque le pese a los artistas de hoy, pero “Pappo” sembró la semilla más gorda y jugosa del rock argentino. Habría sido solo música argentina, pero ahora es rock argentino. Hasta el mismo Spinetta lo reconoce. Él me contó datos que yo no tenía idea del nacimiento del rock argentino, me decía Spinetta que “Pappo” les decía qué escuchar, qué tocar. “Pappo” plantó la semilla más jugosa, después Spinetta hizo cosas importantes como Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Jade, Spinetta solista.
¿Cómo está la movida rock y blues en Argentina?
Hay muchos pibes estudiando, yo hago tocar a mis alumnos conmigo en un momento. En este momento la movida rockera argentina tiene a un montón de chicos que han estudiado conmigo o con mis libros, allá está Cosquín Rock y bueno, me los encuentro en backstage, en los almuerzos y me saludan muy cariñosos. En este momento hay muchas bandas y entonces de alguna manera estoy metido.
“Pappo” ayudó a formarlos a ustedes y usted está continuando esa línea.
Sí. la suerte que me dio la vida de que a los 17 años pudiera tocar con mi ídolo, desde el primer gesto de “Pappo”, el 28 de diciembre de 1973, no había nada más grande en Argentina, yo estaba tocando con él, yo era un desconocido que por primera vez tocaba el bajo, fue una enseñanza enorme, fue muy generoso al querer sembrar, esparcir, tener una fe tan grande en el arte como la antena que nos va a comunicar y nos va a dejar la humanidad más sana, la generosidad en un ambiente que nos gusta compartir. El más grande compartió conmigo, eso me obliga a ser noble con ese acto y reproducirlo lo más que pueda, devolver. El mismo “Pappo” me lo dijo “¿sabes lo que le escuché a Santana? los músicos somos mangueras, la música es el agua y la audiencia son las flores”, si alargamos la metáfora, decimos, claro hay tipos que anudan la manguera y se hinchan y se hinchan de ego, adórenme a mi, soy dios, y el agua no se resiste y estalla finalmente. Hay que agradecer al universo por cumplir la función de manguera, es uno de los más grandes privilegios. Devolver, creo que lo hice siempre, enseñar y enseñar todo y no guardarme nada y que ese tipo toque bien y que se conecte con la música interior que posee por ser parte de ese cosmos y funcionó, puedo decir que funcionó.
¿Qué viene ahora para “Botafogo”?
El lanzamiento del primer DVD. Hice un repaso de imágenes, un repaso de mi historia, para mostrarme, viene eso. También un disco nuevo, ya tenemos un montón de temas que voy a hacer con la banda que tengo ahora, ya hemos hecho algunos ensayos, mi hijo va a ser el productor, ya empezamos preproducción aunque yo intento que no se lo crean demasiado para que el proceso sea profundo, que parezca que llevamos 10 años tocando juntos.
Bueno, Putumayo sacó un disco que se llama “Blues around the world”, donde hay un tema mío, y el contacto con Music Maker: quieren que yo vaya a tocar a Estados Unidos y llevar otros artistas a Argentina. bueno, tenemos algunas ideas, de poder expandir un poquito, mi sueño sería tener una camioneta, una cama, cajoneras, guardar guitarras, discos, equipos, y salir por todo lado y hacer una escuela itinerante con actuaciones posibles, dar unas clínicas, tocar con los chicos de los pueblos y llevar un pequeño grabador y grabar algunas cosas que estén haciendo los chicos. Esa es mi intención. Vamos a ver si encontramos los medios.
Javeriana Estéreo (91.9 fm; www.javerianaestereo.com) transmitirá los domingos 12, 19 y 26 a las 5 p.m., en las HISTORIAS DEL BLUES, un ciclo especial dedicado a este músico argentino.